¿Te has encontrado alguna vez con algo en tu vida que parece irremediablemente roto? No hay nada tan roto que no se pueda recuperar
- Rev. Dany Sabino Mora
- 18 dic 2024
- 2 Min. de lectura

Yo les restituiré los años que comió la langosta, el saltón, el revoltón y la oruga, mi gran ejército que envié contra vosotros." – Joel 2:25
En la vida, hay momentos en los que sentimos que algo importante se ha perdido: relaciones rotas, tiempo malgastado, oportunidades que nunca volvieron. Pero Dios, como un experto restaurador, tiene el poder no solo de devolverte lo perdido, sino de hacerlo mejor de lo que era antes. En Joel 2:25, Dios promete a su pueblo restaurar los años devastados. Su gracia cubre no solo los daños visibles, sino también las heridas ocultas del corazón.
Cuando Dios restaura, Él sana relaciones quebrantadas, trae propósito a las pérdidas y transforma el dolor en gozo. Tal vez hoy sientas que algo en tu vida o familia está destruido, pero recuerda: Para Dios nada está demasiado roto como para no ser restaurado.
Aplicación práctica:
1. Reconoce el área que necesita restauración. Pide a Dios que te muestre aquellas relaciones, emociones o situaciones que necesitan su intervención.
2. Ora en fe. Haz una oración específica, entregando esas áreas a Dios, creyendo que Él ya está obrando.
3. Confía en el proceso. Aunque la restauración no siempre ocurre de inmediato, permanece firme en Su promesa, sabiendo que Su tiempo es perfecto.
Desafío del día: Esta noche, reúnete con tu familia y oren juntos. Hablen sobre algo que sienten que Dios debe restaurar en su hogar. Luego, lean Joel 2:25 y declaren en fe que Dios está haciendo una obra nueva en su familia. Dios no solo devuelve lo perdido, sino que lo multiplica y lo hace nuevo. ¡Hoy es el inicio de una restauración poderosa en tu vida!
Oremos: Amado Dios, vengo ante Ti reconociendo que hay áreas en mi vida y en mi familia que necesitan Tu toque restaurador. Hoy creo en Tu promesa de devolver lo perdido y sanar lo que está roto. Confío en que transformarás las cenizas en belleza, el dolor en gozo y la pérdida en ganancia. Gracias por tu fidelidad y por la restauración que ya estás trayendo.
En el nombre de Jesús, amén.
Dios te bendiga.
Rev. Dany Sabino Mora
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